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La sociedad de la desconfianza

La sospecha hacia el censo y el miedo a que por ese cuestionario se cuele en nuestras casas la delincuencia habla de sociedades donde la probidad y la buena fe son percibidas como inútiles y hasta peligrosas, porque lo que funciona es la astucia, la competencia y el oportunismo.

Ilusión y desastre

«La universidad pública nos insta a asumir las contradicciones, los movimientos trágicos del desarrollo social y político”, escribe Laura Lattanzi frente a los recortes a la educación superior anunciados por el gobierno argentino.

¿Son válidas tus emociones?

El pensamiento occidental ha considerado que el intelecto y la emoción son adversarios. El historiador británico Thomas Dixon desmonta la dicotomía razón/sentimiento

Teoría de la decepción

Existe un tipo de aventura literaria que podríamos llamar “epopeya de la dilación”: proyectos sostenidos por extensos períodos de tiempo, verdaderas obsesiones que llevan a sus autores a convivir con la frustración. Pero el desaliento también puede ser un punto de partida hacia un espacio de osadía y libertad.

Caminar tranquilas

La experiencia del cuerpo femenino en la calle está constreñida por el miedo, que limita su expresión física y subraya cómo el género determina la forma en que se vive la ciudad.

Palabra de Estudiante. La generación del cansancio

«Atrás quedó la osadía y la mirada desafiante hacia el porvenir. Hoy nos quedamos en un intermedio peligroso y paralizante», dice Catalina Lufín, estudiante de Literatura y Lingüística Hispánica y presidenta de la Federación de Estudiantes de la U. de Chile.

Nostalgias analógicas

¿Extrañaremos las costumbres que han dejado los teléfonos móviles? Quizás la mayoría de ellas son innecesarias, aunque cumplen la función de mantenernos conectados.

Lo que vemos y no queremos mirar

Nos hemos acostumbrado a convivir con el horror y el morbo, vueltos moneda corriente por los algoritmos. Pero esas imágenes escabrosas que circulan son signos de alerta ante un horizonte en que lo despiadado tiende a normalizarse. Frente a esto, se hace necesario pensar en nuestros límites emocionales y afectivos.