Si bien el proyecto del canal web llevaba años incubándose, su lanzamiento en diciembre pasado vino a hacer frente a la crisis social y luego sanitaria del Covid-19. Allí se transmiten semanalmente y en rotativo conciertos y presentaciones de la Orquesta Sinfónica, el Banch, la Camerata Vocal y el Coro Sinfónico. El abogado y director del Centro de Extensión Artística y Cultural de la U. de Chile, Diego Matte, explica los alcances de esta plataforma y describe cómo ha sido para los cuatro elencos artísticos nacionales sobrevivir sin poder contar desde hace un año con su sede, el Teatro Baquedano.
Por Denisse Espinoza
El primer cierre fue logístico. En marzo pasado, el Teatro Universidad de Chile cerró sus puertas debido a los preparativos para la construcción del proyecto Vicuña Mackenna 20, el futuro complejo universitario de esa casa de estudios, que incluye una moderna sala de conciertos. Con el teatro cerrado, el Centro de Extensión de la U. de Chile (Ceac) se quedó sin sede y sus cuatro elencos, la Orquesta Sinfónica de Chile, el Coro Sinfónico, la Camerata vocal y el Ballet Nacional Chileno (Banch), sin escenario para presentarse. Lo que sería una situación temporal se prolongó, primero por el estallido social del 18 de octubre, que concentró sus manifestaciones en Plaza Italia, y ahora por la llegada del Covid-19 a Chile, que tiene a toda la red cultural de salas en ascuas.
Durante un año, Diego Matte, director del Ceac, ha sorteado cada crisis con ingenio y sin perder la esperanza de poder recuperar el espacio. “Efectivamente, ha sido difícil, veníamos trabajando muy bien con los elencos y es frustrante no poder llevar el ritmo creativo y artístico que queremos, pero también, por otro lado, son momentos históricos y ese trabajo previo y positivo que veníamos haciendo ha rendido frutos ahora para aguantar la crisis. Personalmente, también ha sido agotador intentar reinventarnos, buscar alianzas con otros teatros y soluciones que nos mantengan vivos”, reconoce el abogado, quien fuera antes director del Museo Histórico Nacional entre 2012 y 2014.
En enero, Matte dio a conocer parte de la programación de la orquesta y el ballet, cuerpos que se presentarían en diversos escenarios. El 9 de abril, por ejemplo, el director Francisco Rettig dirigiría el Réquiem de Mozart, uno de los clásicos de Semana Santa, en el Teatro Caupolicán. Este fin de semana, invitado por el Ceac, el célebre pianista Peter Donohoe tocaría el Concierto N°1 de Tchaikovsky en CorpArtes, y por estos días el Banch remontaría Giselle en el Teatro Municipal de las Condes. “Quedó todo cancelado por el Coronavirus y, claro, es difícil reprogramar sobre todo las visitas internacionales. La verdad, estamos reevaluando el programa para volver el segundo semestre, tenemos las alianzas activas y nos ilusionamos con volver al teatro para celebrar algo del año Beethoven”, adelanta Matte.
Lo cierto es que ya en diciembre pasado el centro puso en marcha una de sus grandes apuestas digitales y que en estas semanas se ha vuelto fundamental para sortear el aislamiento producto de la pandemia. Ceac TV es un canal cultural musical que transmite de forma rotativa el registro de los conciertos y puestas en escena de elencos nacionales de los últimos cuatro años, además de las entrevistas del programa radial Con Cierto Oído, que desde 2019 conduce el concertino de la Orquesta Sinfónica, Alberto Dourthé, y que transmite todos los lunes, a las 18 horas, la Radio Universidad de Chile. Y aún más: la idea es sumar eventualmente al canal documentales y películas relacionadas con la música docta y la danza contemporánea. Para la próxima semana, Ceac TV renovará su parrilla con un programa familiar pensando en las vacaciones escolares, adelantadas por el Coronavirus. El repertorio contará con obras como Pedro y el Lobo de Serguei Prokofiev, dirigida por Jorge Rotter, la Sinfonía de los Juguetes de Leopold Mozart y un concierto de Mazapán Sinfónico, con la orquesta dirigida por Francisco Núñez.
¿Cómo nace la iniciativa de Ceac TV?
Cuando llegué, hace cuatro años, al Ceac me llamó la atención la existencia de muy pocos registros históricos audiovisuales de los elencos, la mayoría de hace unos 30 o 40 años, pero hasta ahora había un gran vacío. Tampoco había una biblioteca sistematizada con el material, entonces lo que empezamos a hacer fue generar ese archivo. Porque lo cierto es que nosotros generamos mucho contenido, hay semanas en que hacemos dos conciertos, una puesta en escena de danza, se presenta el coro, etc. Desde que empezamos a grabar hasta ahora, tenemos unos 300 grabaciones de conciertos, cerca de 15 programas distintos de ballet y unas 20 presentaciones de conciertos de piano y otros registros del coro y la camerata. Con todo ese material, además del programa de radio Con Cierto Oído, formamos una parrilla programática; no queríamos simplemente colgar archivos a la web como si fuese YouTube, sino que hacer una propuesta cultural que se va renovando cada una o dos semanas.
Aún en marcha blanca, Ceac TV transmite desde las 9 a las 20 horas y para esta Semana Santa, por ejemplo, programó obras como Stabat Mater (1950) del francés Francis Poulenc, el Réquiem (1791) de Mozart y Tierra Sagrada (2018) del autor local Nelson Vinot. Matte cuenta que la idea a futuro es poder transmitir en streaming y todos los viernes desde el Teatro Baquedano, además de ofrecer contenido cultural durante la semana.
En este periodo de cuarentena por la pandemia se han fortalecido los canales digitales y muchos han empezado a impulsar la cultura en Internet de forma gratuita. ¿Te parece que puede ser eventualmente riesgoso profundizar la idea de que la cultura debe ser gratis?
Creo que el riesgo existe, pero yo no le tendría miedo. Hay una falsa sensación de que Internet es exhaustivo, de que allí puedes encontrarlo todo y no es tan así. Google va priorizando las búsquedas según la popularidad de los contenidos, entonces al final los contenidos culturales se van acotando, y cuando tú buscas más especificidad, versiones de calidad no las encuentras, en el caso de las películas es lo mismo: el cine arte queda de forma muy marginal en Internet, de hecho. Por un lado eso, y por otro lado, la experiencia de escuchar un concierto o un disco por Internet es infinitamente distinta a ir al teatro. Asistir al teatro es una experiencia física, intelectual y emocional incomparable. Cuando uno está en el teatro siente las vibraciones de los instrumentos, las cuerdas en las maderas, los bronces. Para nosotros, el Ceac TV nos reconecta con un público que quizás le ha perdido la pista a la orquesta por el tema de la crisis, pero también nos permite crear nueva audiencia para la música clásica. Estas plataformas digitales pueden generar una primera inquietud en un público que luego los lleve a asistir al teatro y esa es la apuesta. Romper con esa idea de que la música docta o la danza es para una elite o es complicada, y poder mostrar lo que verdaderamente hacen nuestros músicos, cantantes y bailarines.
¿De qué forma este año de crisis que ha vivido el Ceac, alejado de su teatro, ha sido una oportunidad para reformularse?
La prioridad del centro y mi trabajo siempre ha sido generar las condiciones necesarias para que los conjuntos desarrollen su labor artística, poder crear, estrenar obras y presentarse a público. En ese sentido, ha sido complejo, pero la idea siempre ha sido buscar alternativas, adaptarse. Ahora, en cuarentena, simplemente no podemos hacer funciones, pero la vocación de ser una institución cercana a la gente nunca ha cambiado, siempre ha sido esa, desde la política de precio accesible que tenemos hasta el lugar en el que estamos ubicados, en plena Plaza Italia. En este año hemos logrado crear alianzas con otros espacios para seguir tocando y, de hecho, antes de la pandemia hicimos giras internacionales muy importantes e históricas para nuestros elencos. Con la Orquesta Sinfónica fuimos a Lima, se presentaron en el Teatro Nacional de Perú, que es un teatro maravilloso y al que la orquesta hace más de 30 años que no asistía, y también fuimos a Buenos Aires. Aunque parezca increíble, era la primera vez que la orquesta se presentaba en esa ciudad. Tocaron en la sala La Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner, que es una maravilla y que es un poco el modelo de sala que queremos lograr acá en términos acústicos. Además, el Banch hizo una histórica gira por cinco ciudades de Francia, con un tremendo éxito, y también estuvimos con ellos en la Bienal de Cali, en Colombia. Entonces, en ese sentido, fue un año super bueno, pero desde la llegada de la pandemia el contexto es otro, más dramático.
En contexto de cuarentena, el ritmo de músicos y bailarines queda suspendido. ¿Cómo se están haciendo cargo de ese problema?
Eso es lo más complejo, porque nuestra prioridad siempre son los artistas y buscar los espacios y las instancias para que se sigan desarrollando. Reunirse a ensayar para una orquesta es vital, al igual que para los coros y los bailarines del Banch; estar parados mucho tiempo les significa un deterioro físico y emocional. Ellos son artistas y necesitan de esa contención emocional también. Como equipo hemos estado preocupados de eso, de monitorear la situación de cada uno, de brindarles apoyo y tranquilidad sobre sus puestos de trabajo, de seguir pendientes de la situación económica de la institución, etc. La verdad es que después de tanto problema que hemos tenido, se ha creado una verdadera hermandad en torno a la desgracia.
Sabemos que el futuro es difícil de predecir, pero ¿qué está proyectando el Ceac en su regreso?
Esperamos en el segundo semestre retomar la celebración de los 250 años del nacimiento de Beethoven, que más bien será el cierre. Nuestra idea es hacer presentaciones masivas y gratuitas, algunas de ellas en espacios públicos de la Novena Sinfonía. Además vamos a transmitir a través del Ceac Tv un ciclo de todas sus sinfonías y haremos conciertos educativos en torno a la figura de Beethoven. En agosto vamos a conmemorar los 60 años de la venida de Igor Stravinsky a Chile, quien estuvo en 1960 tocando y trabajando con nuestra Orquesta Sinfónica. Ese fue uno de los grandes hitos de nuestra institución y existe un registro que queremos editar, acompañado de un seminario sobre la gran influencia que tuvo su visita en el panorama artístico chileno.