A pesar de su fama mundial, Alain Delon siempre se consideró un marginal, un outsider que empatizaba con los antihéroes melancólicos y atormentados que solía interpretar. Aunque su belleza lo condenó a las páginas de farándula, su muerte —ocurrida el 18 de agosto pasado— nos recuerda que, detrás de las polémicas y más allá de los adjetivos para describir su físico, lo que quedan son sus películas.
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