A diez años de su muerte, el legado de la artista del underground chileno Hija de Perra es más venerado que nunca. Su rostro está en murales, las disidencias marchan con frases suyas en lienzos y ha irrumpido en la academia con su obra más desconocida: una serie de ensayos y ponencias sobre sexo e identidad de género que presentó en diversas universidades.
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