Es una de las periodistas más reconocidas en Chile. Durante décadas ha investigado cómo operan los principales grupos de poder en el país y cómo se relacionan sus protagonistas, cruzan los mundos religioso, político y económico. Ha agotado ediciones de la mayoría de sus libros, los que, sin embargo, también le han ganado el apodo de “periodista non-grata”. Algo que, en realidad, parece tenerla sin cuidado.
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