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La vitrina web • enero

Ruth, de Adriana Riva. Seix Barral, 2024. 167 páginas

“Observo la pérdida de oído, vista, pelo, dientes, músculos, altura, calor, aire, pulso. Es asombroso llegar a esta edad en la que no hay relación alguna entre cuerpo y cabeza, un chiste macabro”, dice Ruth, poco después de recibir la llamada de una amiga para contarle que ahora es miembro vitalicia en un club. Sus días transcurren así, entre conversaciones telefónicas, mensajes de WhatsApp erráticos, siestas, clases de arte por Zoom, uno que otro tecito con amigas y visitas a la ópera. Lo que pareciera decir la protagonista de esta novela, a fin de cuentas, es que pasamos la vida quejándonos de no tener tiempo, pero cuando lo tenemos al fin, se convierte en una cuenta regresiva. Ruth, el cuarto libro de la escritora y editora argentina Adriana Riva (1980), es el monólogo de una mujer mayor que, con ironía y algo de humor, espera la muerte con una lucidez que, a esas alturas de la vida, pareciera una burla. La autora —editora también de El Gran Cuaderno, revista literaria muy recomendable— construye con elegancia y talento una voz que, al finalizar el libro, una quisiera que no callara.

Evelyn Erlij

Clara y confusa, de Cynthia Rimsky. Anagrama, 2024. 168 páginas

Según la antigua distinción de E. M. Forster, una novela se compone de una historia —la narración de hechos ordenados temporalmente— y un argumento, más centrado en la causalidad. Si la primera nos hace preguntarnos “¿qué pasó después?”, el segundo nos invita a reflexionar “¿por qué?”. El libro Clara y confusa, reciente ganador del Premio Herralde, nos enfrenta constantemente a esta última pregunta. La novela sigue a Salvador, un plomero (o gásfiter) de un pueblo de provincia que se enamora de Clara, una artista conceptual, mientras descubre una trama de corrupción que envuelve a su gremio. A medida que el relato avanza, su comprensión de los hechos se torna cada vez más esquiva, como también la del lector. Clara le impone numerosas restricciones —hay en ese gesto una enseñanza sobre el amor y el apego—, sus colegas actúan de forma errática y aparecen extraños personajes que conectan ciertos hilos de la trama. No es sino hacia el final, en una fiesta costumbrista que reúne a todo el pueblo, que la novela se desprende de algunos de sus secretos, en una narración vertiginosa que recuerda más a un sueño —como si el protagonista fuera arrastrado por una corriente— que a las reglas que rigen la realidad. En Clara y confusa anidan fantasmas, epifanías y valiosas reflexiones sobre el arte y la vida.

José Núñez

Piedras 1 & 2, de Nicolás Jaar. Sello Other People

 El nuevo disco doble Piedras 1 & 2, del reconocido DJ y productor chileno-estadounidense Nicolás Jaar (1990), es el momento final de su proyecto más ambicioso hasta la fecha. Se trata de canciones creadas originalmente para la obra de radioteatro Archivo de Radio Piedras (2024), ambientada en un Chile distópico sin tecnología digital, donde una radio anarquista transmite canciones del desaparecido músico Salinas Hasbún, entre interferencias de voces distorsionadas que remiten a la historia colonial chilena y evocan fantasmas de palestinos con mensajes reivindicativos. Piedras 1 & 2 recopila las canciones de ese músico ficticio, manteniendo la atmósfera oscura y meditativa de Archivo de Radio Piedras. En el primer disco, Jaar canta sobre pistas que fusionan su hipnótica electrónica minimalista con géneros como la cumbia, el reggeatón y el trap; mientras que en el segundo, encontramos música ambient y paisajes sonoros abstractos. El resultado es una exploración musical de las grietas y los traumas que dejan los conflictos territoriales a lo largo del mundo. Se trata, probablemente, del mejor disco de Jaar hasta la fecha.

Gabriel Godoi