Ricardo Neumann

(Vamos Por Chile) Distrito 16 – Región Del  Libertador Gral. Bernardo O’Higgins

Hay muchos sentimientos encontrados estas primeras semanas. Se mezcla la  sensación apasionante de participar en un proceso que  definirá el futuro de Chile, con ciertas señales que te  hacen pensar que esta oportunidad histórica podría des aprovecharse. Creo que la Convención, además de ser  una instancia jurídica, es una instancia cultural, donde  debemos encontrar entre distintas posturas una forma  de relacionarnos políticamente de manera pacífica, equilibrando nuestra diversidad con elementos de identidad  en común. Encontrar ese elemento de cohesión social es  un factor esencial que aún no veo en una Convención  que pareciera discutir gran parte de los temas desde una  excesiva lógica identitaria que fragmenta en vez de unir.  La nueva Constitución debe ser la casa de todos y no  solo de algunos, y la Constituyente debería ser una instancia de reconciliación y no de refundación radical,  como a veces se siente: cuando no fuimos capaces de  cantar nuestro himno el día de la instalación o cuando se  ponen en duda elementos fundamentales como la idea  de Nación o el concepto de República. 

Avanzando las semanas, también he podido percibir instancias positivas. En las comisiones, en general, se ha  dado un buen ambiente de trabajo y de diálogo, en las  que se ha podido avanzar y llegar a acuerdos. Desaparece  el ánimo declarativo de trinchera que se vive en el Pleno  y se puede percibir un mayor espíritu de construcción  en común. Tengo la esperanza de que la Convención sea  una instancia de diálogo, que marque una nueva forma  de hacer política, una política que sea capaz de resolver los problemas de las personas. Por lo mismo, espero  aportar cuando se discutan los temas de fondo, porque  esa es la única manera de cumplir con el mandato que  nos entregó la ciudadanía, para que la promesa de construir “la casa de todos” no sea solamente un eslogan de  campaña. Pese a las dificultades, siempre trato de ver el  vaso medio lleno de este tiempo accidentado que llevamos en la Convención. Estamos partiendo. Nos estamos conociendo, y también le estamos tomando el pulso a lo que la ciudadanía nos exige.  

Algunas veces, cuando hemos debido sesionar algunos sábados por Zoom, me pongo optimista cuando veo que al final de la reunión aparecen a saludar por las cámaras los hijos e hijas de varios convencionales. Esos son los momentos lindos. Pese a nuestras divergencias ideológicas, esos son los momentos en que entro en la convicción de que todos tenemos en común algo importante para no desaprovechar esta oportunidad que nos pone la historia: acá está en juego el Chile en el que crecerán nuestros hijos y, por supuesto, nadie quiere que eso resulte mal.