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La Chile en la historia de Chile: Matilde Huici Navaz (1890-1965)

Fundadora y directora de la Escuela de Educadoras de Párvulos de la Universidad de Chile, «concebía la labor de las educadoras profesionales como una acción al servicio de los sectores más populares y con la potencialidad de generar cambios sociales profundos».

Maestra y abogada de profesión, Matilde Huici fue una figura destacada en la historia de la educación chilena por su rol como fundadora, directora y docente de la Escuela de Educadoras de Párvulos de la Universidad de Chile. Su visión de la educación parvularia como una labor de relevancia pública y social transformó la manera de concebir la formación de las infancias, en una época en que esta responsabilidad solía recaer en las familias.

Nacida en Pamplona, España, en 1890, en el seno de una familia liberal y privilegiada, Huici se tituló a los 17 años como maestra de Primera Enseñanza Superior en Bilbao, para ingresar luego en la Residencia de Señoritas de Madrid, el primer centro oficial destinado a fomentar la enseñanza universitaria de mujeres en el país europeo. Este camino la llevó, en 1926, a ser la tercera mujer en licenciarse en Derecho en Madrid. Si bien en la época las mujeres solían ser relegadas a los tribunales de menores, eso no le impidió realizar una destacada carrera jurídica, la cual estuvo marcada por su constante lucha por el voto femenino.

Tras la instalación del régimen franquista, abordó junto a otros disidentes españoles el vapor Winnipeg y se exilió junto a su marido e hijo en Chile, en 1940, cuando el país era gobernado por el Frente Popular de Pedro Aguirre Cerda. Aunque su título profesional no fue reconocido, logró encontrar trabajo gracias a sus contactos con mujeres del Partido Radical en el área de Extensión de la Universidad de Chile, liderada en ese entonces por el rector Juvenal Hernández. Allí entabló una fuerte amistad con Amanda Labarca, quien la incluyó en el proceso de diseño y organización de la Escuela de Educadoras de Párvulos, donde ejerció como directora y docente entre 1945 y 1962.

Allí, el rol de “doña Matilde”, como cariñosamente le decían sus estudiantes, fue acorde a las ideas educativas y el pensamiento pedagógico que caracterizaron al Chile del Estado docente de aquellos años, en tanto concebía la labor de las educadoras profesionales de párvulos como una acción al servicio de los sectores más populares y con la potencialidad de generar cambios sociales profundos.

En sus clases solía relatar historias sobre su labor en la rehabilitación de prostitutas y delincuentes juveniles en España, enfatizando la importancia de la educación en los primeros años de vida. Estos relatos iban de la mano con una sólida base teórica que sustentaba sus innovaciones pedagógicas y que transmitía en sus clases a través de debates sobre antropología, psicología y ética.

Según diversos testimonios, sus estudiantes la recordaban como la docente más influyente de la Escuela, con una especial atención a las formalidades y la puntualidad, las que consideraba acreditadoras de una profesionalidad que las educadoras de párvulos debían saber demostrar a las familias con las que lidiaban. A pesar de que todos conocían sus posturas feministas y socialistas, quienes estudiaron con ella cuentan que nunca trató de influir políticamente en sus estudiantes y que vivía un duelo en silencio por la situación política en España, país al que nunca regresó.

Matilde Huici falleció en 1965, tres años después de haberse retirado de la enseñanza. Su ímpetu y pasión pedagógica marcaron a varias generaciones de educadoras de párvulos que se formaron con ella. Hoy, diversas escuelas y jardines infantiles a lo largo de todo Chile llevan su nombre en honor a sus contribuciones a la educación infantil.