En Carén se ha puesto en marcha la construcción del edificio que será sede del Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria apoyado por CORFO. En este centro participan otras tres universidades, la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad de Talca y la Universidad de la Frontera. Participan también la Fundación Chile y Fraunhofer Chile.
CORFO considera que el sector alimentos es clave para el desarrollo del país y que debe preocuparnos desde su producción primaria a su transformación y procesamiento. A través del Programa Transforma Alimentos, ha apoyado con convicción este Proyecto CeTA que permitirá desarrollar tecnologías que agregan valor innovando en la producción alimentaria. Se trata de un espacio de encuentro, de construcción de capital social, de generación de proyectos estratégicos para un desarrollo integral del país.
El edificio para CeTA es el primero destinado a tareas académicas de investigación e innovación que se empieza a construir en Carén. Dentro de poco inauguraremos el Edificio Vínculo, a partir del cual se irá impulsando y organizando nuestro proyecto académico. Pensábamos que el Edificio Vínculo sería la primera construcción de Carén. Quiso la vida que eso no fuera así y que el primero que se pone en marcha sea el de CeTA. Nos alegramos mucho de este curso de los acontecimientos, pues la propuesta de CeTA no podría ser más representativa de las múltiples dimensiones que inspiran a Carén.
Para comenzar, Carén busca la transdisciplinariedad, un gran horizonte para nuestra Universidad que la ciencia contemporánea absolutamente exige. La producción alimentaria es un tema esencialmente transdisciplinario, que involucra entre otras a las áreas silvioagropecuaria, de tecnologías, de salud y socioeconómica.
En este mismo sector referido a nutrición y alimentos, la Universidad de Chile tiene el privilegio de contar con el INTA, un Instituto que, liderado por Fernando Mönckeberg, anticipó la transdisciplinariedad. Un aspecto fundamental de este concepto es que no basta con que distintos expertos den una opinión especializada sobre un tema, sino que se necesita que además conversen entre ellos. Se debe generar un clima, un ambiente, un lugar en que esos expertos se encuentren para que ahí empiece la hibridación y así una disciplina le transfiera a otra conocimiento que de otro modo no hubiera alcanzado. Los logros de ese Instituto han sido extraordinarios.
Podemos evocar otra experiencia relevante de complementariedad de disciplinas en el área silvioagropecuaria. Es la ocurrida hace 50 años cuando, en torno a la reforma agraria, empezó a dársele una importancia inédita a conceptos e ideas de las ciencias sociales para una cabal comprensión del agro.
Carén nos brinda una gran oportunidad para reestructurar e impulsar la relación entre nuestra Universidad y el Estado. Cuando uno busca en nuestra historia un ejemplo del Estado asumiendo su responsabilidad para con el progreso y el desarrollo socioeconómico del país, no hay instancia más representativa que CORFO y su rol en impulsar el desarrollo fabril en Chile. Felicitamos y agradecemos al equipo que hoy dirige CORFO por la labor que han realizado para reafirmar esos valores, del cual CeTA es una muestra elocuente.
Carén también es una oportunidad para articular una relación en torno a la innovación y al desarrollo, entre universidades y empresas, las que están representadas en CeTA por Fundación Chile y Fraunhofer Chile.
Uno de los valores más significativos de Carén es permitir una convergencia con otras universidades. Las universidades en esencia son instituciones que viven de la colaboración y de la complementariedad. En CeTA están presentes la Pontificia Universidad Católica, con la que nos une una larga relación dentro de la tradición universitaria chilena; y dos universidades que comparten nuestro origen e historia, las de Talca y la Frontera. Especialmente relevante nos resulta la articulación de Carén con los temas de descentralización y desarrollo regional. La presencia de las universidades también se proyecta en los logros que han alcanzado en internacionalización. La tarea de situar a Chile en el contexto internacional, otro objetivo de Carén, es muy pertinente tanto para las universidades de regiones como para el tema convocante, la calidad alimentaria.
A través de Carén debemos anticipar y orientar un movimiento desde economías limitadas a la explotación de recursos naturales y tareas extractivas, hacia economías basadas en el conocimiento, y hacerlo ahora, cuando se agregan expectativas políticas y sociales crecientes.
Carén habrá de reforzar, en toda su amplitud, nuestro vínculo con la sociedad.