Más allá del resultado del plebiscito, la propuesta de nueva Constitución refleja un Chile distinto, uno que ya no calza con las imágenes del país de la transición y la posdictadura. Elvira Hernández, Alejandra Costamagna y Diego Zúñiga, escritores de distintas generaciones, ensayan en torno a cuáles son las imágenes que dejaría el texto constitucional y que, de una u otra forma, están moviendo los sentidos de la historia.
Ilustración principal: Alejandra Acosta
Umbral. Por Elvira Hernández. «Estamos ante la mejor circunstancia política para enmendar pasos, porque hay una valoración de la riqueza de gentes que puebla el país y que nos habilita para estos cambios. En eso no hay debilidad ni se nos disgrega; permite dar un salto adelante hacia otra historia».
El faro y la herida. Por Alejandra Costamagna. «La herida aparece como un compromiso de reparación, que es también un ajuste en el léxico transicional. Se acaba una retórica. El texto nos deja la imagen de un país que se reconoce al fin sin la máscara del hielo para constatar lo que somos […]».
Chile en un libro. Por Diego Zúñiga. «Todo un proceso cristalizado en un libro, en un artefacto que a ratos parece en desuso, pero que está ahí, ahora, en miles de casas, como un pedazo de la historia, como un momento importante no solo de nuestras vidas, sino, sobre todo, de las vidas de los otros, con los otros»